“¿Dónde he puesto las llaves?” ¿Tengo que preocuparme?

Uno de los motivos de derivación a las consultas de Neuropsicología más habituales es la determinación de si las quejas de memoria tipo “¿dónde he dejado las llaves?” o “¿qué iba a buscar?” constituyen un problema de memoria “real” causado por un funcionamiento cerebral ineficiente, patológico, o tiene que ver con otros factores no cerebrales.

En la entrevista previa a la administración de tests y pruebas cognitivas pedimos a la persona que nos pongan ejemplos de los “olvidos” que experimenta, el tiempo de evolución, el grado de afectación en su día a día y si utiliza estrategias para compensarlos, por ejemplo con listas de la compra o avisos con el móvil. Si tenemos un familiar/informador que corrobore, o no, las quejas nos será más fácil determinar si éstas pueden ser síntoma del inicio de una enfermedad neurodegenerativa o bién puede asociarse a otros factores no degenerativos.

La memoria, como el resto de funciones cognitivas, no es una función unitaria así que deberíamos referirnos a “las memorias” en plural más que a memoria en singular. Utilizamos de forma equivalente memoria y aprendizaje pero podríamos diferenciar la memoria como todo el proceso neurocognitivo con el que registramos, codificamos, consolidamos, almacenamos y recuperamos conocimientos, vivencias, habilidades y conductas, siendo el aprendizaje el proceso de adquisición/codificación y consolidación de esa nueva información/habilidad.

Una persona no puede perder toda “su memoria” y todos sus aprendizajes.

Las diferentes “memorias” tienen diferentes sustratos neuroanatómicos. Simplificando, las estructuras cerebrales responsables de los aprendizajes explícitos/verbalizables son el hipocampo y la amígdala. La estructuras cerebrales responsables de los aprendizajes motores/conductuales son los ganglios de la base, el cerebelo y la amígdala. Una vez consolidado el aprendizaje, se almacena hasta su posterior uso. El lóbulo temporal es la principal estructura de almacenaje de información explícita, los ganglios de la base y el cerebelo de la implícita/procedimental.

Clasificamos los diferentes tipos de memoria:

  • Memoria a corto plazo/memoria de trabajo: focalización y manipulación mental de información durante un periodo corto de tiempo (hasta 3 minutos?)
  • Memoria a largo plazo (de más de 3 minutos hasta años de duración):
    • Memoria implícita: sensibilización/habituación, procedimientos, habilidades, conductas, condicionamiento clásico e instrumental
    • Memoria explícita (declarativa): episódica/hechos, y semántica/conocimientos
  • Memoria retrospectiva (del pasado) y prospectiva (sobre el futuro)

El objetivo de nuestra evaluación va a ser poner a prueba la capacidad de aprendizaje de la estructura crítica, el hipocampo, y los procesos de recuerdo/recuperación de la información que dependen del lóbulo prefrontal.

Respondiendo a la pregunta inicial, generalmente olvidos en tareas rutinarias como recordar dónde he dejado las llaves tienen que ver más con fallos atencionales que a un deterioro de la capacidad de aprendizaje y recuerdo “per se”.

Espero os haya sido interesante.

Bibliografía:

  • Estévez-González A., García-Sánchez C. y Barraquer-Brodas Ll. La memoria y el aprendizaje: “experiencia” y “habilidad” en el cerebro. Rev Neurol 1997: 25 (148): 1976-1988

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